Preparar un plato de espaguetis con salsa Alfredo coronado por un jugoso ribeye marinado y rematar con un refrescante jugo de maracuyá es una experiencia que convertirá tu cocina en un pequeño restaurante gourmet. Comienza la fiesta de sabores con la carne: selecciona un ribeye de buen grosor, con vetas de grasa que vaticinan suculencia. ColĂłcalo en un recipiente hondo y espolvorea generosamente un sazonador completo —esa mezcla que combina ajo, cebolla, hierbas secas y un toque de sal— y añade pimienta con sabor a limĂłn; este detalle cĂtrico despierta la carne y equilibra la untuosidad de la salsa que viene despuĂ©s. DĂ©jalo reposar tapado en la nevera durante al menos 30 minutos; si tienes tiempo, una hora logrará que los condimentos penetren cada fibra. Mientras el ribeye absorbe aromas, pon a hervir abundante agua con sal y cuece los espaguetis hasta que estĂ©n al dente. Ese punto firme es clave: terminarán de abrazar la salsa Alfredo sin volverse pastosos. EscĂşrrelos, reserva una taza del agua de cocciĂłn y rocĂalos con un chorrito de aceite de oliva para que no se peguen. En la misma cazuela —una de paredes gruesas que distribuya bien el calor— derrite una nuez de mantequilla y coloca el ribeye. Escucharás un chisporroteo que anuncia el sellado perfecto: dos minutos por lado para dorar la superficie y atrapar los jugos. Baja el fuego a medio y deja que la carne termine de cocinarse a tu punto favorito; para tĂ©rmino medio bastan 3 – 4 minutos adicionales por cada cara. Retira el ribeye, cĂşbrelo con papel aluminio y dĂ©jalo reposar: el calor residual terminará el trabajo y mantendrá la carne jugosa. Sin lavar la cazuela —¡allĂ vive el sabor!— añade media taza de crema dulce o crema para batir y raspa los fondos caramelizados con una espátula de madera. Cuando la crema rompa a hervir suavemente, incorpora la yema de un huevo previamente batida; esto espesará la salsa de forma sedosa. Agrega una generosa lluvia de queso parmesano reciĂ©n rallado y un toque del agua de cocciĂłn de la pasta para ajustar la textura: debe quedar cremosa, no demasiado espesa. Sazona con sal y pimienta negra al gusto. Vierte los espaguetis y remueve para que cada hebra quede bañada en esa locura de lácteos y umami. Si la salsa espesa demasiado, añade unas cucharadas más del agua reservada. Sirve los espaguetis en un plato amplio formando un pequeño nido y coloca el ribeye cortado en tiras gruesas encima; cada corte mostrará el contraste entre la costra exterior dorada y el centro rosado y tierno. Decora con un poco más de parmesano y ralladura de limĂłn para resaltar el marinado. Para el toque tropical que limpia el paladar, prepara un refresco de maracuyá: extrae la pulpa de 3 – 4 frutas, licĂşala con agua frĂa, cuela las semillas y endulza al gusto con azĂşcar o miel; añade un pellizco de sal para intensificar el sabor y mucho hielo. El resultado es un jugo vibrante y perfumado que equilibra la cremosidad del plato principal. Este menĂş no solo deleita los sentidos; cocinarlo tĂş mismo te regala control total sobre la calidad de los ingredientes, reduce aditivos y te permite jugar con las porciones de sal, grasa y azĂşcar. Además, compartir la preparaciĂłn en familia convierte la cena en un momento de aprendizaje y conexiĂłn, mientras tu hogar se llena con el aroma seductor de la carne sellada y el perfume cĂtrico‑floral del maracuyá. #EspaguetisAlfredo #RibeyeGourmet #CocinaCasera #RecetasFaciles #RefrescoMaracuya
2025-06-19
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